"Allí hace falta mucha ayuda y sobre todo muchos profesionales"
Recabamos el testimonio de Jacobo Ramírez, trabajador de Aguasvira, que ha estado varios días en labores de restablecimiento de suministro de agua en Picaña, Valencia
Jacobo Ramírez trabaja como técnico de la empresa de aguas Aguasvira y ha sido otro de los alboloteños que por su profesión ha tenido oportunidad de participar en primera persona como voluntario en el auxilio de los damnificados de la dana de Valencia en los primeros días tras la catástrofe. “A nuestra empresa le pidieron ayuda a nivel nacional y ahí que me apunté para participar”, explica.
El martes 5 de noviembre a las cinco de la tarde viajaron con una furgoneta llena de materiales dos operarios y un encargado de la empresa, entre ellos nuestro paisano. “Llegamos a las tres de la mañana y a las seis ya estábamos de punta”. “Han sido tres días de trabajo intenso, como si fueran nueve”. “Cuando llegas y ves aquello lo primero que piensas es que estás en la guerra”. “Es como cuando ves las imágenes de Ucrania”. “Todos los sentimientos y los recuerdos de la gente estaban en la calle y las casas solo con cuatro paredes”, describe.
Su labor y de la sus compañeros has sido hacer comprobaciones de agua y de saneamientos, aunque como él mismo explica, “fuimos para hacer unos trabajos y al final hemos ido adaptándonos a las necesidades, que son muchas”. “Allí hace falta mucha ayuda y sobre todo muchos profesionales”. “Hay mucho caos porque es imposible coordinar a tanta gente que quiere ayudar”, reconoce.
Su equipo ha centrado los trabajos en el pueblo de Picaña tirando tuberías, reparando y comprobando canalizaciones. En estos tres días de intensa actividad ha vivido una auténtica montaña rusa de emociones. “Lo mismo llorabas que reías, te alegrabas que te enfadabas”. “Incluso el miércoles tuve un golpe de ansiedad por la impotencia de no poder hacer más, pero el día no daba para más ni llevábamos los medios adecuados”. “Quiero dar las gracias a Aguasvira por darme la facilidad de ir a echar una mano y también a los compañeros con los que he estado”.
Entre ellos está David Morales, motrileño residente en Albolote trabajador de Emasagra (empresa de aguas de Granada) y varios agentes de policía de Íllora, Ogíjares y Pinos Puente. Una colchoneta de gimnasio en un rincón ha sido su lugar de descanso en esos tres días, “un alojamiento de cinco estrellas después de lo visto”, ironiza.
Jacobo se emociona cuando nos relata su experiencia. “Lo que más me traigo son las gracias de la gente”. “Son personas que se han quedado sin nada y te daban lo poco que tenían en agradecimiento”. “Ha sido la experiencia más dura de mi vida”, aunque acto seguido reconoce que “las cosas están preparadas para volver en cuanto me digan, estoy apuntado el primero para ir”.
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Recabamos el testimonio de Paqui Árbol, ludotecaria municipal, que el pasado fin de semana se desplazó a Valencia para ayudar a los damnificados por la DANA
