"Hasta que no estás allí no ves la dimensión de la catástrofe"
Recabamos el testimonio de Paqui Árbol, ludotecaria municipal, que el pasado fin de semana se desplazó a Valencia para ayudar a los damnificados por la DANA
Paqui Árbol es trabajadora de la ludoteca municipal y como ella misma reconoce “desde que vi la catástrofe en la tele tenía mi pellizco porque tenía ganas de ir a echar una mano”. Esa desazón se la trasladó a su amiga Ángela y con la ayuda de otro amigo cocinero, Albert, acabaron creando un equipo para montar una cocina y dar comidas en la zona afectada. Dicho y hecho.
La suya es una historia muy similar a de otros muchos miles de voluntarios que desde que se desató la catástrofe no han podido refrenar el deseo de colaborar y echar una mano.
El viernes 8 de noviembre ya tenían montada la cocina en el centro cultural del pueblo de Xirivella y allí que se fueron con el coche cargado de productos a preparar comida para los afectados. Una vez en el pueblo el grupo fue creciendo con voluntarios locales hasta conformar un grupo humano de 80 personas que en pocos días pasó de dar 120 a 3.000 comidas diarias, que desde allí se repartían a los pueblos cercanos afectados por la DANA.
Ha sido un fin de semana intenso en el que las redes sociales y los grupos de WhatsApp han sido el caldo de cultivo para movilizarse y buscar patrocinadores y recaudar fondos y alimentos. Por el camino la iniciativa fue sumando a más amigos alboloteños, como Rocío y Mari, que no se lo pensaron dos veces y se sumaron al equipo, o la Asociación Culillos de Mal Asiento de Albolote, que les ha donado dinero para hacer frente a los gastos de compras.
En apenas un par de días recaudaron una cantidad de dinero con la que comprar suministros, butano para cocinar y gasoil para el furgón de reparto.
"Ha sido una experiencia gratificante a la vez que dura”. “Es dura porque aunque lo hayas visto por la tele, hasta que no estás allí no ves la dimensión de la catástrofe”. “Te impresiona, es desolador ver como el sonido de las sirenas y de la gente limpiando barro ha sustituido al bullicio habitual de los pueblos”. “Es gratificante ver como todo el mundo está echando una mano, niños, jóvenes y adultos, aunque también hay mucha desorganización”. “Es muy difícil organizar porque hay mucha gente ayudando y es imposible coordinar”. “Se necesita mucha maquinaria”, resume
Paqui ha estado de voluntaria del 8 al 10 de noviembre donde además de cocinar también ha achicado barro junto a otros paisanos alboloteños. El domingo regresó para reincorporarse a su trabajo, pero según nos explica, “la cocina y buena parte del equipo siguen allí elaborando y repartiendo comidas hasta que haga falta y nosotras desde Albolote seguiremos coordinando la ayuda que nos llega para seguir enviando material y fondos”.
La experiencia de Paqui se suma a la de otros muchos paisanos que de forma anónima también han aportado su granito de arena ante esta catástrofe bien achicando barro con su esfuerzo personal en alguno de los pueblos afectados o bien haciendo alguna aportación solidaria. A todos ellos nuestro homenaje, reconocimiento y gratitud a través de este reportaje.
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