Gran afluencia de clientes durante la primera semana de apertura de las peluquerías
Los locales han sido adaptados a los protocolos de seguridad contra el Covid-19
Muchas peluquerías y centros de estética abrieron sus puertas hace ya una semana y otras lo harán a partir de este lunes 11 de mayo. Los profesionales del gremio han adaptado sus espacios al protocolo exigido por el Gobierno para garantizar la máxima seguridad.
Los trabajadores saben que se encuentran expuestos, porque en algunos casos es imposible mantener la distancia de seguridad. Por eso, han adoptado todo tipo de medidas: desde un ‘kit de seguridad’ con material de protección desechable hasta la desinfección de utensilios y superficies con cada nuevo cliente.
Albolote Información ha hablado con algunos de esos profesionales para que nos cuenten cuáles son esas medidas y el coste económico que ha sido necesario desembolsar para reiniciar sus servicios.Todos coinciden en señalar que desde el anuncio de apertura, el teléfono no para de sonar y, por tanto, casi todas las barberías y peluquerías ya tienen lista de espera.
La peluquería Mauri, ubicada en el Paseo de Colón, una de las más frecuentadas por los caballeros ya funciona desde el pasado lunes cumpliendo las medidas que exige el protocolo, distancia de más de 2 metros entre clientes, sólo puede haber peluquero y cliente y los profesionales trabajan con mascarilla y productos higienizantes. “Lo más importante es el comportamiento ejemplar de los clientes que esperan su turno y que van equipados con mascarillas y guantes”, explica Mauricio Muñoz, dueño de la peluquería, quien además destaca que “he tenido que invertir en el negocio alrededor de 3.500 euros para adaptar el espacio a las exigencias de seguridad ya que, incluso, hemos pedido una máquina de ozono que nos llegará en unos días”.
Por su parte, el peluquero y barbero, José Luis Carvajal, natural de Albolote y con peluquería en la vecina localidad de Maracena, coincide en subrayar la gran ejemplaridad de los clientes “que ayudan muchísimo en nuestro trabajo”. Su local es una barbería y peluquería moderna que al principio contaba con tres sillones y ahora sólo funcionan dos de ellos separados por mamparas que cumplen el distanciamiento entre los clientes. Trabajan con gafas y pantallas y a la entrada el cliente puede aprovisionarse de guantes y solución hidroalcohólica. “Hemos realizado una inversión de unos 1.000 euros para acondicionar el local y sólo pueden estar el peluquero y cliente con cita previa”, comenta Carvajal, quien subraya que “en esta primera semana estamos desbordados”.
Por otro lado, la peluquería Gustavo Talero también inició su actividad con todas las medidas de seguridad posibles. Talero nos cuenta que “hay mucha demanda de clientes y tenemos por delante muchas semanas de trabajo”. Precisamente lo que más demandan sus clientas son los tintes y el arreglo de cortes que ellas mismas tuvieron que practicarse en sus casas. Curiosamente, explica el peluquero, “ha habido muchas que quieren un cambio de look para que haya un antes y un después de todo esto”. La peluquería, ubicada en la calle Cubillas de Albolote, facilita gel desinfectante a todas las clientas, se desinfecta el local en cada sesión y los profesionales trabajan con guantes y pantallas protectoras. “Estamos contentos porque la clientela respeta las medidas de seguridad al 100%”.
Finalmente, la peluquería y estética de Laura Luzón, en la Plaza Padre Manjón, funciona con todas las garantías de higiene, aunque su dueña asegura que todavía se siente con “desconcierto”. Luzón atiende a una clienta con cita previa utilizando mascarillas, pantallas y soluciones desinfectantes para muebles y sillones, entre clienta y clienta. Tiene la semana cubierta y explica que aún la gente “anda con un poco de incertidumbre”. Finaliza recordando que “al principio no me quedaba claro cómo actuar y parece que todo el protocolo de seguridad que se exige trato de cumplirlo al 100%”.
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