Enluciendo Albolut
El parque infantil de tráfico recibe un pequeño lavado de cara aprovechando el parón de visitas por el Covid
El Parque Infantil de Tráfico Albolut está próximo a cumplir los 30 años y la edad no pasa en balde. En los últimos meses esta joya en miniatura de Albolote está recibiendo pequeños arreglos de mantenimiento y reparaciones para evitar un mayor deterioro de algunos de sus edificios y también se están realizando mejoras en el interior de los mismos. Ana Ramírez, técnica del área de Juventud, se está encargando de la puesta al día de estas pequeñas mejoras, aprovechando que en estos últimos meses, debido a la crisis del Covid, se han suspendido las visitas de escolares al recinto. “Al principio el objetivo era limpiar las casas por dentro porque hacía mucho tiempo que esa tarea estaba pendiente, pero al durar tanto tiempo el confinamiento la iniciativa ha ido más allá”, explica Ramírez. Ella misma ha sido la encargada de realizar un diagnóstico de su estado y de los arreglos más perentorios. “Los he agrupado por áreas y en aquellos en los que yo no he podido actuar he hecho un parte para que intervengan otros servicios municipales”, explica. De esta manera, se han hecho partes en materia de jardinería, de fontanería y en otros como carpintería para el arreglo de puertas, ventanas y cristales, mientra que ella se está encargando de la limpieza, la pintura, y la dotación de nuevo mobiliario para el interior de las casitas.
Con mucha paciencia y bastante creatividad Ramírez está reparando, en algunos casos, y reconstruyendo, en otros, una parte importante del mobiliario de los edificios de Albolut, convertido desde su apertura en un singular museo costumbrista de la forma de vida del siglo XX en la localidad y al que le hacía falta un lavado de cara interior para reparar y reponer las piezas que faltan. “Había mucha suciedad, telarañas,avisperos y hasta un gato muerto”. Ramírez no oculta su satisfacción y entusiasmo por este trabajo que acomete con el objetivo de que el recinto no pierda su esplendor y pronto vuelva a abrir sus puertas “no solo como parque infantil sino como un punto de interés turístico para el municipio”. Otra de sus propuestas es seguir ampliándolo con nuevas construcciones como los típicos secaderos de El Chaparral, uno de los emblemas del pequeño anejo alboloteño, que hasta ahora no estaba representado en Albolut y “que hará las veces de garaje donde guardar el parque móvil”, explica.
Sus orígenes
Albolut nació como proyecto educativo en materia de educación vial a principios de los años noventa a iniciativa de tres maestras del colegio Lucilo Carvajal y acabó convertido en todo un fenómeno social, que contó con la participación cooperativa de muchas familias de alumnado y de las instituciones de la época hasta convertirse en un proyecto muy ilusionante y enriquecedor que traspasó las fronteras de lo meramente educativo. En el curso 89/90 fue reconocido por la Consejería de Educación como un proyecto de innovación educativa y en noviembre de 1992 comenzaron las obras. Siete meses después, el 26 de junio de 1993, fue formalmente inaugurado. En este pequeño museo al aire libre están representados a escala algunos de los edificios más emblemáticos del municipio, varios de ellos ya desaparecidos y hoy es historia viva de la localidad.
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