El Cristo de la Salud es sacado a hombros recordando a las víctimas del terremoto de 1956

Unas 300 personas acompañaron la imagen del crucificado en su itinerario habitual por la calle Granada

Pepe Vaquero  |  19 de abril de 2017
El Cristo de la Salud es portado a hombros por la calle Granada en el aniversario del terremoto de 1956.
El Cristo de la Salud es portado a hombros por la calle Granada en el aniversario del terremoto de 1956.

Alrededor de 300 personas han participado este miércoles 19 de abril en la procesión del Cristo de la Salud, recordando el terremoto de 1956. Los alboloteños volvieron a llevar en sus hombros la imagen del crucificado para rogar, con una Eucaristía, rezos y oraciones, que siga protegiendo a la localidad de posibles terremotos. Irremediablemente aquel sucedido hace ahora 61 años dejó una trágica huella.

A consecuencia del seísmo murieron tres personas, dos mujeres y un niño de corta edad, que fueron sepultados por los escombros de una vivienda que se vino abajo en la calle Burgos Canals, antiguo callejón junto a la casa del médico.

El itinerario discurrió, como cada año, por la Plaza de España y la calle Granada, lugar donde la imagen se detiene tras recorrer unos metros y se pone de pie en el lugar donde en 1956 se encontraba la vivienda en la que perecieron las tres víctimas.

El párroco de Albolote, Javier Huete, desde el balcón de un primer piso dedicó una oración en memoria de los tres vecinos que perdieron la vida en aquel suceso que se ha convertido con el tiempo en un punto de inflexión en la historia de la localidad.

Una promesa muy viva

Tras aquellos trágicos sucesos, los corporativos de la época renovaron el voto que muchos años atrás, el 26 de diciembre 1884, ya se había firmado porque otro terremoto de pronunciada intensidad sacudió seriamente a la comarca de Alhama. En aquella ocasión el seísmo no afectó a Albolote y el Ayuntamiento quiso honrar al Cristo de la Salud para que siguiera preservando a la localidad de los movimientos sísmicos. 

Es por esta razón que cada 26 de diciembre -en plena Navidad- y 19 de abril, el crucificado es sacado de su templo para cumplir la promesa.

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